Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos.
Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio.
De majestad y gloria hablan sus obras y su justicia dura para siempre.
Ha hecho inolvidables sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente.
Acordándose siempre de su alianza Él le da de comer al que lo teme.
Al darle por herencia a las naciones, hizo ver a su pueblo sus poderes.
«Yo creo en las promesas de Dios» © Permiso pedido a Daniel Poli