Jesús decía a la gente: «Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: ‘Va a llover’, y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: ‘Viene bochorno’, y así sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo? ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo».
Porque hay mañanas en las que siguen las sombras de la noche.
Porque a veces las nubes no se mueven de mi cielo.
Porque tengo vendas en los ojos que ni yo quiero quitar.
Porque cierro puertas y ventanas.
Y me empeño en que el flexo sustituya al sol.
Porque sin Ti, mi horizonte se estrecha
Y mi suelo se quiebra.
Porque sí. Porque te necesito.
Ilumíname.
(Óscar Cala, SJ)