







Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.
«Resurrexit» © Autorización de Atheliers et Press de Taizé
«Reverie» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Lo que existía desde el principio, lo que yo pude oír cuando le escuchaba hablar; lo que vi con mis propios ojos, en esos años en los caminos; lo que mis manos palparon, cuando toqué sus heridas, y cuando, a su modo, aprendí a tocar a los intocables. La Palabra de la vida, Jesús, se hizo visible, y yo lo vi. Y te lo cuento a ti y te anuncio que en Él se hizo visible la eternidad junto al Padre. Todo esto que he visto y oído te lo cuento, para que así también tú te unas a mí, y al Padre, y al Hijo, y a tantas personas que comparten la misma fe. Te lo cuento para que tu alegría sea plena.
(RV, adaptación en singular de 1Jn 1, 1-4)