Jesús dijo: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
»Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
»No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros».
Como el Padre me amó, yo también te he amado y te amo a ti. Permanece en mi amor. Si guardas mis mandamientos permanecerás en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Te digo esto para que sientas mi alegría profunda, y tu alegría sea plena. Este es mi mandamiento. Que ames y dejes que te amen del mismo modo que yo te he amado. Nadie tiene mayor amor que quien da la vida por sus amigos. Tú lo eres si haces lo que yo te mando. No te llamo siervo, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. A ti te llamo mi amigo, mi amiga, porque todo lo que he oído a mi Padre te lo he dado a conocer.
Tú no me elegiste a mí. Soy yo quien te elijo a ti. Y te destino para que vayas y des fruto, y que tu fruto permanezca. Todo lo que le pidas al Padre en mi nombre te lo concederá. Lo único que te pido es que ames y dejes que te amen.
(Jn 15, 9-17, adaptación de Rezandovoy)