







Jesús dijo a sus discípulos: «Es imposible que no haya escándalos; pero ¡ay de quien los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: ‘Me arrepiento’, lo perdonarás».
Los apóstoles le dijeron entonces al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y os obedecería».
«40 años de música» © Usado bajo licencia no comercial Creative Commons
Los científicos
ven tus huellas
sin atraparte.
Los poetas
glosan tu presencia,
o cuestionan tu silencio.
Los escépticos
absolutizan
tu ausencia.
Los buscadores
te persiguen,
reclamando
certidumbres.
Los magullados
te llaman.
Quien golpea
te rehúye.
Eres la cercanía
más esquiva
y la lejanía más cercana.
Contemplando a tu modo,
vislumbramos la belleza.
Mirándonos en tu espejo
descubrimos hermosura.
Explorando tu palabra,
intuimos la verdad.
Entre tantos requiebros,
preguntas y brumas,
elijo creer.
(José María R. Olaizola, SJ)