Padre me pongo en tus manos

Padre, me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras… Que mi vida sea como Cristo: servir. Grano de trigo que muere en el surco del mundo. Que sea así de verdad. Te confío mi vida, te la doy. Condúceme. Envíame aquel Espíritu que movía a Jesús. Me pongo en tus manos, enteramente, sin reservas, con una confianza absoluta, porque tú eres… mi Padre.
(basado en Charles de Foucauld)