Salmo 118 (a la manera de Dios)

Te enseñaré a gustar y a comprender
porque confías en lo que te propongo.
Yo soy la bondad y el autor del bien,
deja que te enseñe mis leyes.
Que mi bondad te consuele
como te lo he prometido.
Cuando te alcance mi compasión, vivirás,
y mi voluntad se convertirá en un manjar para ti.
Nunca olvidarás mis decretos,
pues con ellos te di la vida.
Eres mío, yo te abrazo con mi salvación,
a ti que buscas mi voluntad.

(adaptación de Rezandovoy)