Alas del corazón

Ahora lo recuerdo,
y mi memoria se agarra
a aquel instante en que
el tiempo, vino a mi vida
preñado de sueños,
con un sabor nuevo
y rastro de amor materno.

Cuántas incertidumbres,
cuántas respuestas a medias,
cuántas contradicciones,
cuántas dudas, por años,
batalló en mi alma inquieta
el que no quiso ser pasajero.

Ya no hay lugar a la lucha,
sí a la flaqueza y los límites
que incitan al alma guerrera
a no oponer más resistencia,
a estar más a solas,
a volar más bajo,
a tocar más tierra.

Pero que no se le caigan
las alas al corazón,
que nunca dé por perdidos
ni los recuerdos pasados
ni los fracasos vividos.
Pues la vida es siempre
esa orilla abierta,
donde recala lo nuevo
y se despide lo viejo.

(Seve Lázaro, sj)