Todos los santos


Un buscador de verdades.

La espantadora de penas.

El arquitecto de sueños,

el soñador de belleza.

La abrazadora de enfermos,

el profeta en una guerra.

El juzgador de ojo justo,

y la maestra sincera.

El hacedor de vacunas,

el perdonador de ofensas.

Un poeta que, discreto,

con versos derriba puertas.

La pintora de utopías,

el forjador de inocencia.

Un hombre cuyas arrugas

atesoran risas viejas.

 

En su memoria,

y en la de tantos otros,

solo nos cabe dar gracias.

¡Gracias! ¡Amén!




(José María R. Olaizola, sj)