Dios, en primera línea

Cómo me gusta
y me interroga
verte siempre cerca
de los inculpados,
los parias de la tierra,
los deshonrados.
Para devolverles
el perdón de
la sinrazón
y el rescate
del juicio,
propio o ajeno,
que los condenó.

Cómo me gusta
y me interroga
verte siempre
del lado
de los que apuestan,
de los que no
dejan el sufrimiento
sin respuesta,
de los que nunca
tiran la toalla
ni consienten que
se ahogue la fe
de ningún ser humano.

Cómo me gusta
y me interroga
verte siempre
en pugna
con aquellos
que juzgan
y condenan,
confrontando
sus malas intenciones
y pérfidas creencias,
construidas
por sí mismos
en tu nombre.

(Seve Lázaro, sj)