Ver nuevas todas las cosas en Cristo

No es novedad el amor,
–porque es eterno–.
No es insólito llamarte
en nuestros sueños,
ni es sorpresa descubrir
que nos esperas.
No es la justicia un reclamo
que oigamos por vez primera.
El perdón no es imposible,
ni seguirte una quimera.
Pero a la vez, todo es nuevo:
el amor y los anhelos
nuestros sueños
y tu espera.
Nuevo el grito de justicia,
nuevo el perdón y la senda
por la que seguir tus pasos,
en la que alzar tu bandera.
Cuando Tú, pobre y humilde,
nos lo muestres con tus ojos,
al fin veremos tu Reino
y habitaremos tu tierra.

(José María R. Olaizola, sj)