Buscadores (adaptación de Jn 6, 22-29)
Después de más de veinte siglos, muchos hablaban de Jesús. Todos los días, la gente que andaba buscando respuestas, se lanzaba a los caminos tras sus huellas. A las calles, en las ciudades y en el campo, a los templos, a distintas comunidades… Al encontrarlo, en la celebración, en la oración, en su palabra, en el testimonio de quienes creían en él, preguntaban: Jesús, ¿cuándo has venido aquí?
Y Jesús seguía y sigue contestando: “Os lo aseguro, quizás me buscáis porque queréis sentiros mejor. O para pedirme que solucione vuestras necesidades. Quizás me buscáis con el recuerdo de vuestra fe de niños o a ver si os soluciono la vida. Pues bien, trabajad, no por el alimento que perece, sino por el que dura para la vida eterna. No por banalidades, por preocupaciones egoístas o por miedos inevitables. Trabajad más bien en lo que Dios quiere”.
Y entonces nosotros, los hombres y mujeres de todas las épocas, le preguntamos: “¿Y qué tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?”
Y él responde: “Esto es lo que Dios quiere. Que creáis en mí. Y creyendo, aprendáis de mí. Y con ese aprendizaje, viváis como yo…”