Salmo 103
Bendice, alma mía, al Señor
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor
y no olvides sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas,
cura todas tus dolencias.
Él rescata tu vida de la fosa
y te corona con su bondad y compasión.
Como un padre se enternece con sus hijos,
así se enternece el Señor con sus fieles.
Él conoce nuestra condición
y se acuerda de que somos barro.
Bendecid al Señor y todas sus obras,
en todos los lugares del mundo.
Bendice, alma mía, al Señor.