Jesús, el Cristo

En el corazón del mundo, en su entraña, en su primer y último aliento late un Amor infinito. Habita en su memoria y en su esperanza, enciende cada anhelo. Es pasión y paciencia, tesón y riqueza, camino y encuentro, inicio y llegada, es hombre y es Dios. Es respuesta a tantas preguntas, y misterio impenetrable. Es la tierra en que podemos plantar nuestra raíz para que cada vida sea fecunda. (José María R. Olaizola sj)