Encorvados

Nos encorvamos. Bajo el peso de memorias que es mejor olvidar. Doblados por golpes injustos, inesperados. Carentes de un brazo amigo que sostenga nuestra fatiga. Vencidos por los sueños que no llegan a cumplirse. Nos encorvamos. Olvidamos los rostros que amamos y nos amaron. las voces que fueron música y caricia. Dejamos de mirar al frente, o a lo alto. Y clavamos la vista en el suelo triste de la rutina, el escepticismo o el rencor. Entonces, un veredicto le da la vuelta al juicio. «Quedas libre». Nos alzamos, casi sin creer que sea posible. Pero lo es. Y al mirar al frente descubrimos un mundo esperando bailar con nosotros. (José María R. Olaizola sj)