Distinto

Distíngueme, Señor,
ponme tus señas
en medio de la frente,
que no sea un número cualquiera,
un trozo solo de identidad
perdida confundiéndose.
Márcame bien los ojos,
traza un signo de ternura
en mis manos,
que las huellas de mis pies
al andar marquen tu paso
desigual y perfecto por la tierra.
No consientas que borren estas voces.
Que anulen mi palabra,
que me pierda anónimo
y sin luz, sin yo ya propio.
Tan libre quiero estar,
tan en mí mismo
lejos de los senderos uniformes,
que estoy contra mí mismo
y contra todos.

(Valentín Arteaga)