Cosmología interior
El centro del mundo
no era yo,
pero aún no lo sabía.
Venga a dar vueltas
sobre mis problemas,
heridas, nostalgias,
deseos
y necesidades,
conjugando
una primera persona
omnipresente,
siempre herido
de urgencias,
preocupaciones
e intereses.
Pensaba
que el universo no giraba
sobre sí mismo,
alrededor del sol
o de la tierra,
sino en torno a mí.
Yo, el astro rey,
la única verdad,
el corazón de una existencia
raquítica.
Y tú, que me veías
rotar sobre mí mismo,
me llamabas;
7 veces,
70 veces,
infinitas veces
susurraste mi nombre,
aguardando,
con paciencia,
a que abriera los ojos
y abandonara esa celda.
Estabas esperándome fuera.
(José María R. Olaizola sj)