Coloquio (no estoy lejos de tu Reino)
Jesús, Maestro, Tú que me conoces mejor que nadie,
sabes la alegría que siento al escuchar de tus labios
que ‘No estoy lejos del Reino de los cielos’.
Yo, que tantas veces me enredo en cuestiones inútiles,
que el miedo me paraliza a menudo y me hace desconfiar,
que no distingo lo primero, lo importante,
lo que esperas de mí, de otros amores pasajeros…
Yo, que tantas veces me confundo me quiero a mí,
creyendo que quiero al hermano,
y me enorgullezco de mis pequeñas obras
que me hacen creerme alguien…
Jesús, Maestro, Tú que me conoces mejor que nadie,
enséñame a amar como Tú sueñas, con todo el corazón,
con toda el alma, con toda mi mente, con todo mi ser’.
Para seguir oyendo de tus labios que ‘No estoy lejos de tu Reino’.