Tú para mí

«Tú para mí, Yo para ti» me dices. Y, fiel, te adelantas en tu entrega, desde el hondo principio, hasta el instante en que voy escribiendo letra a letra. Siempre vas Tú el primero, sin retorno. De cuando en cuando vuelves la cabeza y me estimulas si, ya fatigado, por un capricho olvido tu promesa. Me das un Compañero y un modelo: tu Hijo que, por mí, baja a la tierra, para decirme cómo, hasta la muerte, tiene sentido cuanto me suceda. Un sentido que puedo, es mi desgracia, rechazarlo por miedo o por vileza. Aceptado con plena valentía me acercará glorioso hacia tu meta. «Tú para mí, Yo para ti», repites. «Despójate de cuanto te entorpezca. Los pobres van ligeros a mi abrazo. Por ellos haré gloria y tierra nuevas». (Luis Carlos Flores Mateos sj)