Tú para mí
«Tú para mí, Yo para ti» me dices.
Y, fiel, te adelantas en tu entrega,
desde el hondo principio, hasta el instante
en que voy escribiendo letra a letra.
Siempre vas Tú el primero, sin retorno.
De cuando en cuando vuelves la cabeza
y me estimulas si, ya fatigado,
por un capricho olvido tu promesa.
Me das un Compañero y un modelo:
tu Hijo que, por mí, baja a la tierra,
para decirme cómo, hasta la muerte,
tiene sentido cuanto me suceda.
Un sentido que puedo, es mi desgracia,
rechazarlo por miedo o por vileza.
Aceptado con plena valentía
me acercará glorioso hacia tu meta.
«Tú para mí, Yo para ti», repites.
«Despójate de cuanto te entorpezca.
Los pobres van ligeros a mi abrazo.
Por ellos haré gloria y tierra nuevas».
(Luis Carlos Flores Mateos sj)