En la tentación
En el desierto
aparecen los demonios,
que nos confunden,
con seducciones y promesas.
Nos tientan con atajos,
invitan a buscar el brillo,
el agasajo, la adulación.
Nos ofrecen poder
a cambio de sumisión.
Nos aturullan
con palabras huecas.
Habrá que plantarles cara,
sin sucumbir a sus argucias,
sin aceptar sus reglas.
Habrá que enarbolar
pequeñez contra fuerza,
discreción contra boato,
humildad frente a soberbia.
Para regresar, al fin,
a la tierra hollada
por vecinos y amigos,
por propios y extraños,
por necios y sabios,
para compartir, con ellos,
la libertad
conquistada a Tu manera.
(José María R. Olaizola, sj)