En la tentación

En el desierto aparecen los demonios, que nos confunden, con seducciones y promesas. Nos tientan con atajos, invitan a buscar el brillo, el agasajo, la adulación. Nos ofrecen poder a cambio de sumisión. Nos aturullan con palabras huecas. Habrá que plantarles cara, sin sucumbir a sus argucias, sin aceptar sus reglas. Habrá que enarbolar pequeñez contra fuerza, discreción contra boato, humildad frente a soberbia. Para regresar, al fin, a la tierra hollada por vecinos y amigos, por propios y extraños, por necios y sabios, para compartir, con ellos, la libertad conquistada a Tu manera. (José María R. Olaizola, sj)