Cruz

Más abiertos aún los brazos, para abarcar a quien necesita una cuna para su dolor. Más abiertos, mostrando una desnudez que no esconde malicia. Más abiertos, y de tan abiertos un poco quebrados, que no hay quien los sostenga, solo dos clavos. Un rostro exhausto, pero aún capaz de ver a la madre, al amigo, al enemigo y para todos balbucear amor, perdón o futuro. Cargar con la cruz es abrazar la vida. Ahora. (José María R. Olaizola, sj)