Vi un cielo nuevo y una tierra nueva

Entonces veré el sol con ojos nuevos y la noche y su aldea reunida; la garza blanca y sus ocultos huevos, la piel del río y su secreta vida. Veré el alma gemela de cada hombre en la entera verdad de su querencia; y cada cosa en su primero nombre y cada nombre en su lograda esencia. Confluyendo en la paz de Tu mirada, veré, por fin, la cierta encrucijada de todos los caminos de la Historia y el reverso de fiesta de la muerte. Y saciaré mis ojos en Tu gloria, para ya siempre más ver, verme y verte. (Pedro Casaldáliga)