Acogiendo al espíritu
Tú me das tu Espíritu, Padre.
Donde yo pongo palabras,
Tú pones tu espíritu.
Donde yo pongo discursos elevados,
Tú pones tu Espíritu.
Cuando soy débil,
Tú pones tu espíritu.
Cuando ando inquieto,
Tú pones tu espíritu.
Cuando ando angustiado,
pones tu Espíritu.
Cuando mi palabra no tiene brillo,
pones tu Espíritu.
Cuando no domino las técnicas,
pones tu Espíritu.
Me envuelves todo entero
con el poder de tu Espíritu.
Él me enseña tu proyecto misterioso y secreto,
Él me enseña a Jesucristo, crucificado,
Él me da el pensamiento de Jesús.
Para mí,
para mi tarea en la comunidad,
para mi tarea en el mundo,
Tú me das tu Espíritu, Padre.
(Julio Lois)