Coloquio ante una llamada
Señor, contigo no puedo andar a medias tintas,
pero así me siento muchas veces.
Quiero ir tras de ti
pero sigo aferrado a mis cosas y apegos,
sólo Tu puedes hacer que te siga:
Tu amor cada día sobre mí,
tu voz que no me deja,
tu mirada que me acompaña
en todas mis pérdidas.
¿Puedo comenzar de nuevo hoy?
¿Puedo estrenar mi vida contigo
tal y como estoy?
Vuelves a decirme una y otra vez:
Sígueme.
Atráeme, Señor, tras de ti.
Dame confianza y coraje
para poner en ti mi corazón
y mi vida entera.
¡Dios mío y todas mis cosas!
(Mariola López Villanueva rscj)